Coeducación vs. aulas separadas
Foto: Sergio Enríquez
- En España hay más de 60 centros subvencionados con educación diferenciada
- Sus defensores hablan de diferencias cognitivas y de madurez
- Sus detractores, de convivencia, estereotipos e igualdad de oportunidades
El debate es recurrente. La polémica sobre si los colegios que
separan por sexo a los alumnos deben o no recibir fondos públicos salta
cada cierto tiempo. Y este arranque de curso no iba a ser diferente. La
mecha la han prendido
dos sentencias del Supremo que avalan que se deniegue el concierto
a dos centros de Cantabria y uno de Andalucía argumentando que
discriminan por sexo. Se amparan en el artículo 84.3 de la Ley Orgánica
de Educación de 2006, que señala que "en ningún caso habrá
discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social" en los
centros públicos y concertados. Una discriminación que unos niegan a
ultranza, mientras para otros clama al cielo. ¿Qué modelo educativo
defienden cada uno de ellos?
"El profesorado también suele estar segregado, lo que hace
difícil que los alumnos tengan modelos variados para la construcción de
su identidad", CCOO
Según datos de las consejerías de Educación,
más de 60
centros con educación diferenciada están subvencionados en España. Y 24
de ellos pertenecen al grupo Fomento de Centros de Enseñanza, vinculado
al Opus Dei. Alfonso Aguiló es director de uno de ellos:
Tajamar,
en el madrileño distrito de Vallecas. 1.800 alumnos, todos varones,
acuden a diario a sus aulas, subvencionadas en todos los niveles -los
padres se hacen cargo de cuotas de comedor de 157 euros al mes o 150
euros por actividades extraescolares-. Próxima a ellos está la
alternativa femenina, Los Tilos, con unas 700 alumnas escolarizadas.
"Llevamos muchos años con el modelo diferenciado y estamos muy
satisfechos con los resultados. Sólo hay que ver los ranking de países
como EEUU o Reino Unido, donde este tipo de colegios suponen el 7% de la
enseñanza y los mejores alumnos salen cada año de ellos".
El colegio está vinculado al Opus Dei, pero
Aguiló niega cualquier matiz religioso en su modelo educativo.
"Es algo anecdótico", afirma, mientras construye su argumento en torno
al rendimiento escolar de los alumnos. "Nuestro colegio está en el
distrito de menor renta per capita de Madrid, donde
el nivel de fracaso escolar es muy alto, sobre todo entre los chicos,
por lo que creemos que hay que prestarle atención a sus necesidades
específicas. Y mientras que en España el fracaso escolar está en torno
al 30%, en nuestro centro no pasa del 6%, seis veces menos que en los
públicos de alrededor. Y tenemos lista de espera". En 2011, la mejor
nota media en la prueba de 6º de primaria de su distrito la obtuvo otro
colegio concertado: Gredos San Diego, 7,82. La de Tajamar fue de 7,03.
Según los cálculos de Aguiló -preside también la Asociación Madrileña
de Empresas Privadas de Enseñanza-, en España hay unos 150 colegios
segregados, con unos 100.000 alumnos, lo que supondría un 1,5% de los
escolares. "
No hay evidencia clara para afirmar que la
coeducación sea superior a la educación separada, ni tampoco lo
contrario, pero debe existir pluralidad y alternativas para los padres
que elijan este tipo de escuela", reflexiona.
Un debate que trasciende lo académico
"Nuestro colegio está en el distrito de menor renta per
capita, con un nivel de fracaso escolar muy alto, sobre todo entre los
chicos. Hay prestarle atención a sus necesidades específicas", colegio
Tajamar
De acuerdo, pero que no se subvencione con fondos públicos, responden
los defensores de la coeducación, convencidos de que el dinero de todos
debe destinarse a colegios que "promuevan la igualdad". El debate
esconde una visión social que va más allá de lo académico. "Tenemos que
enseñar a los niños a convivir. Es importante que estudien juntos porque
es como estamos en la vida.
La socialización es tan importante o más que los contenidos que aprenden.
Y cuando se transmite que lo natural es estar separados, es más fácil
que se creen roles y estereotipos y no se consiga entender al otro.
Además, la experiencia en las aulas nos demuestra que la capacidad de
aprendizaje es la misma, no depende del sexo", explica Silvia Sánchez,
profesora de primaria en una escuela pública de Madrid.
Es el argumento que defienden en Ceapa, la Confederación de
Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos. "La igualdad de
oportunidades, de trato y la no discriminación son fundamentales en la
escuela. Ayudan incluso a erradicar conductas como la violencia de
género -cuenta su presidente, Jesús Mª Sánchez- mientras que la
educación diferenciada contribuye a crear muros entre hombres y
mujeres”. "Al final, aunque los responsables de esos colegios no quieran
reconocerlo,
la base de la separación en sus aulas es religiosa, deriva de pensar que cada uno tiene un papel diferente en la sociedad", añade.
Foto: Iñaki Andrés
Los defensores de la educación diferenciada se basan en
informes que hablan de diferencias cognitivas y de madurez entre niños y niñas,
y de la ventaja que puede suponer estudiar en un aula sin la presión
del sexo opuesto. Sin embargo, otros estudios como 'La pseudociencia de
la escolarización por sexos', publicado por la revista Science en 2011
[consúltelo en inglés],
señalan que los datos de mejora académica no son sólidos, que las
diferencias cerebrales entre sexos no justifican una educación dual y
que ésta lleva a que se incementen el sexismo y los estereotipos.
Separación por ciclos
Algunos centros optan por limitar la separación a determinadas
asignaturas, actividades o ciclos. Es el caso del colegio Stella Maris
La Gavia, en Madrid, también subvencionado, que aunque mantiene a los
niños en aulas mixtas en primaria y en el comedor y recreo, los separa
al llegar a secundaria. "De este modo se aprovecha la riqueza del
encuentro de ambos y se posibilita al mismo tiempo la mejora del
rendimiento académico que caracteriza a la educación diferenciada
en edades adolescentes",
afirma su director, el padre Juan Antonio Granados, que aporta datos
del informe PISA 2009, según los cuales de un 37% de repetidores en
aulas mixtas se pasa a un 20% en aulas masculinas y un 14% en las
femeninas.
"Aunque los responsables de esos colegios no quieran reconocerlo, la base de la separación en sus aulas es religiosa", Ceapa
Francisco García Suárez, secretario general de la Federación de
Enseñanza de CCOO en Madrid, le rebate también con la estadística en la
mano: "La experiencia demuestra que
los resultados escolares están cada vez más en función del sesgo social, del nivel de renta,
por lo que estos centros que segregan, que son la mayoría muy elitistas
-con una cuota media en el caso de los privados de 500 euros
mensuales-, deberían estar entre los primeros de su área, pero
sólo tres de los 24 que hay en Madrid son los primeros de su distrito".
El 'Observatorio de igualdad de género' de CCOO ha elaborado un
informe, coordinado por Carmen Heredero de Pedro, con las cifras del
curso 2010-2011 en la Comunidad de Madrid. Según sus datos, hay unos
30.000 alumnos repartidos en 24 centros de régimen general con
estudiantes de un solo sexo o separados por sexo, lo que supone el 3% de
los niños de Madrid. 18 de esos colegios pertenecen al Opus Dei o a los
legionarios de Cristo -sólo dos son aconfesionales-. El informe
denuncia desigualdades en estos centros con este dato: los cinco que
ofrecen ciclos formativos, lo hacen de forma diferente en función del
sexo, con módulos como
'Cocina y gastronomía', 'Dietética', 'Educación infantil'
o 'Secretariado' para ellas y 'Artes gráficas', 'Diseño y producción
editorial' o 'Instalaciones de Telecomunicaciones’ para ellos. "Si se
trata de darles los mismos recursos para su formación y las mismas
posibilidades de inserción social carece de sentido la separación",
añade.
El informe denuncia además "que
el profesorado normalmente
está también segregado por sexo en esos colegios, lo que hace difícil
que los alumnos tengan modelos variados para la construcción de su
identidad" y destaca alusiones como las de Los Tilos, que
asegura que prepara a las mujeres para el "trabajo futuro como
profesional y madre de familia". "Es cierto que la convivencia genera
conflictos, pero uno de los objetivos de la educación es precisamente
aprender a prevenirlos y resolverlos", sentencian.
El debate se adentra en terreno
político. Aunque las Comunidades Autónomas son las competentes para
retirar o no la subvención a estos centros -y la mayoría ha asegurado
que no piensa hacerlo-, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha planteado
que se explicite por ley que la educación segregada pueda ser
concertada. El anterior Gobierno intentó lo contrario: aprobar a
principios de 2011 la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación, que
incluía en un artículo que "en ningún caso los centros educativos que
excluyan del ingreso en los mismos a grupos o personas individuales
podrán acogerse a financiación pública". No llegaron a tiempo.